miércoles, 23 de noviembre de 2011

Historia de un estuche

Hace unos días le dije a mi amigo Lucas que si quería que le hiciera un estuche. El me dijo que si, pero que quería que pusiera Una del Montón en él. Yo me reí...
- Lucas, es imposible ... no sé como hacerlo.-

- Pues yo lo quiero con el nombre de Una del Montón- me contestó impasible.

Ahí quedó la conversación ... días después aquí está el estuche.


Tardé como una hora y media en hacerlo, mucho más tiempo que la media habitual. Mientras lo hacía pensaba en Lucas y en la ilusión que le haría cuando viera que finalmente tendrá un estuche único de "Una del Montón".

Tiene un "Montón" de imperfecciones y una caligrafía que bien podría ser de un niño de 4 años ... pero ahí está ... bien rematado, con un bonito forro y con un lacito rojo que facilita la abertura del cierre. Este estuche si que no es " Uno del Montón" o quizá si, pero tiene algo que es diferente.

Ya lo tengo empaquetado para dárselo mañana, cuando nos encontremos, como cada jueves, junto al edificio gris.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Te estoy viendo...

Hi ha coses que de sobte cauen a les teves mans en el moment més oportú...serà casualitat o és una petita senyal per entendre que anem per bon camí amb el nou projecte de la cia.? sigui el que sigui, aquests petits tresors donen sentit al que estàs fent...

AIXÒ és del que et parlo!


miércoles, 9 de noviembre de 2011

El patito feo...


Era pequeña, cuando muchas de las noches me acompañaba en mis sueños el Patito Feo. Al meterme en la cama, cogía el cuento y lo ponía bajo la almohada pensando que así, ese animalito no se sentiría tan triste y solo, era mi manera de entender la protección; como si bajo la almohada pudiera darle calor y cobijo.

Gracias a un curso que hice ya hace unos días sobre la Resiliencia, he rescatado este recuerdo de mi infancia que de a poco se estaba escapando de mi memoria.

Una cosita más que nutre en nuestro nuevo proyecto en el que ahí andamos, pasito a pasito...






domingo, 6 de noviembre de 2011

Mi primer día...


Entro en un lugar que no conozco, con gente que me resulta lejana...me cogen del brazo y obedezco ir a la dirección que me indican. Poco a poco me voy acomodando en el espacio, mirando de ser lo más sutil posible porque tengo miedo y prefiero que nadie me preste su atención. Los dedos y las manos se me abandonan y la timidez amaga mis movimientos.




martes, 1 de noviembre de 2011

Dance, dance, otherwise we are lost


Después de ver Pina de Wim Wenders, tenía ganas de llegar a casa y escribir acerca de ella. Estando en la butaca tenía una sensación de desasosiego. La danza como movimiento en el espacio y el 3D la manera de poder disfrutar del espacio, de la acción y del movimiento. Quizá ese desasosiego venía por la sensación de estar dentro de las coreografías, dentro del movimiento. Cuatro coreografías elegidas conjuntamente entre Wenders y Pina Bausch antes de su muerte :
"Café Müller" La sensibilidad de los bailarines bailando con los ojos cerrados. La fragilidad y a la vez la fuerza que llenaba el escenario. El plano " no frontal" de la escena del abrazo de los bailarines. La precisión de los que ven y ayudan en el camino. Los golpes en el cristal de los dos amantes. La delicadeza de los brazos de Pina. Intérpretes "mayores" bailando como mayores.
"Le Sacre du printemps" la tierra en el suelo como única escenografía. La respiración de los bailarines. La repetición. La energía ... las entradas por diagonales corriendo. El coro y el corifeo.
"Vollmond" . El agua , de nuevo otro elemento. Su música ... movimientos alegres. La ligereza de los bailarines y los besos robados de la bailarina.
Y "Kontakthof" generación y generación de bailarines pasando por una misma sala de baile. Tres generaciones en un mismo espacio, con unos mismos movimientos, una misma coreografía entendida desde diferentes momentos de la vida.
100 minutos de emoción, sentimientos y energía eso me desprende Pina de Wenders. Un disfrute ver como los interpretes bailan en el recuerdo de su memoria ... la mujer forzuda, la mujer ligera, el hombre en el precipicio, la mujer que no se tiene en pie, los enamorados en la ciudad. La cámara como intérprete formando parte de la coreografía. Los escenarios de las grabaciones.
Por un lado las intervenciones de los bailarines hablando de Pina Bausch como si de un Dios se tratara me mantenían distante ... me hubiera gustado oír hablar de ella de una forma mucho más cotidiana, mucho más cercana, mucho más real ... Pero por otro lado, ya en casa pensaba que quizá hablan así de ella porque les ayudaba a brillar. Que seguramente para ellos Pina era su modelo, su referente. Y seguramente ella aceptaba su responsabilidad.
No os perdáis PINA (yo he salido con ganas de bailar y de grabarlo en video)